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Sincelejo, Sucre, Colombia

18 de noviembre de 2025

Sincelejo, Sucre

MARIA CORINA MACHADO

Opinión

Por Luis Paternina Amaya

Especial para la region

Se le hace a esta mujer con El Nobel De Paz, el más justo reconocimiento a su incansable labor porque el pueblo venezolano recobre sus libertades perdidas por cuenta de un régimen que niega la democracia sin posibilidades de retornar a ella que no sea por el valiente compromiso de María Corina por seguir enfrentando la dictadura de Maduro.                   

Con cuanta humildad que agiganta su grandeza recibe la noticia a las 5 am, directamente del secretario del Comité que lo otorga, trasladando tan enorme espaldarazo por su inagotable lucha, al pueblo venezolano, como el verdadero destinatario del premio dada su aguerrida voluntad de volver a la democracia destruida por unos personajes hijos del oscurantismo.          

Es como para mirarse en esta líder que ha asumido semejante responsabilidad en nombre de quienes hacen con sus ideas, trabajos, sacrificios y convicciones innegociables, un incansable accionar que vaya en sintonía con los intereses de los más negados a las soluciones de sus problemas sociales y, en general, en beneficio de la democracia, como el sistema que interpreta mejor las aspiraciones de un pueblo.                  

¡Quien lo creyera!. Lo impensable está sucediendo entre palestinos y judíos. La paz que se avecina en la conflictiva región, empezó a soñarse con señales de realismo que tienen a los dos pueblos arrancando expresiones de júbilo.

Todos los analistas daban por sentado que el ganador del Nobel sería Trump, proponente de los 20 puntos para la pacificación de la tierra donde Jesús no hizo si no hablar de paz, pero que paradójicamente se convirtió en un escenario donde la guerra ha sido un estado natural. Sin embargo, los noruegos se fijaron en la aguerrida y hermosa dama , quien renunció al miedo que puedan infundir las amenazas del régimen,  para, desde la clandestinidad, continuar alzando su voz hasta que la paz política y en todos los sentidos, vuelva hacer de Venezuela país rico que es, no tanto por sus yacimientos petroleros, gas y minas, si no por la camada de sus mujeres que nos acostumbraron a verlas ganar concursos universales de belleza, destacarse como sobresalientes artistas de TV y desafiar la tiranía,  así como admirarlo por su rico folclor y destacados deportistas con más de 60 grandes ligas en el béisbol de los EE UU.

Ojalá nuestros líderes tuvieran como espejo a la Gran Dama de América, y a la decidida, convincente, oportuna y humanitaria voluntad de quienes concilian intereses entre palestinos y judíos que han entendido la importancia de encontrar la paz en la tierra de Abraham. Paz que en Colombia no encuentra el camino que la busca, por navegar en una pedagogía que se queda en la retórica.

Bravo a la brava Corina por su amor al bravo pueblo venezolano.

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