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Sincelejo, Sucre, Colombia

18 de noviembre de 2025

El Simón Araújo, de Sincelejo, se cae a pedazos, pero ya tiene dolientes

Como este son muchos los planteles oficiales de la ciudad de Sincelejo que están deteriorados y que incluso, ponen en riesgo a la población educativa.

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Por: Redacción ⠀

Sincelejo, Sucre

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Así lucen algunas áreas de la Institución Educaiava Simón Araújo, un plantel histórico de Sincelejo 

El Instituto Nacional Simón Araújo, de la ciudad de Sincelejo, uno de los planteles más antiguos en el sector oficial, se cae a pedazos.

Su infraestructura registra un evidente y avanzado deterioro, y las administraciones municipal de Sincelejo y Nacional poco o nada hacen para recuperarlo.

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La promoción de 1975 ha brindado su respaldo para adelantar varios trabajos en la institución.

 La Región estuvo en el plantel y evidenció su mal estado, pero también las mejoras que los egresados de la promoción del año 1975 están realizando, pero sus esfuerzos no son suficientes ante la magnitud de los daños, por eso se han expresado a través de una carta pública que podrán leer a continuación:

Carta Pública: El abandono estatal de la educación media pública en Colombia — Caso del Instituto Nacional Simón Araujo de Sincelejo

El Instituto Nacional Simón Araujo de Sincelejo, fundado como una de las instituciones insignia de la educación pública en el departamento de Sucre, fue durante décadas semillero de innumerables profesionales, docentes, líderes y ciudadanos comprometidos con el desarrollo social y económico del país. Sin embargo, hoy su infraestructura refleja una dolorosa realidad: el progresivo abandono de las instituciones educativas oficiales por parte del Estado colombiano.

Quienes egresamos de esta institución —en mi caso, en el año 1975— hemos sido testigos del deterioro físico y del descuido institucional que, con el paso de los años, ha afectado gravemente su entorno. Techos deteriorados, muros agrietados, pisos levantados y ventanas destruidas son solo algunos signos visibles de un problema mucho más profundo: la falta de inversión estructural, mantenimiento preventivo y acompañamiento estatal sostenido en los colegios públicos del país.

Frente a esta realidad, un grupo de exalumnos del Instituto Nacional Simón Araujo decidimos unir esfuerzos y recursos para emprender, de manera voluntaria, una jornada de recuperación física de las instalaciones. Con trabajo conjunto y sentido de pertenencia, hemos logrado intervenir algunos espacios, devolviendo un poco del orden y la dignidad que esta institución merece.

Este gesto ciudadano, aunque simbólico y limitado frente a las necesidades reales, evidencia la ausencia de acciones efectivas por parte de las autoridades educativas locales y nacionales. No puede ser responsabilidad de los egresados suplir la desatención del Estado. La educación pública requiere políticas de infraestructura sostenibles, presupuestos adecuados y mecanismos de control que aseguren condiciones dignas para la enseñanza y el aprendizaje.

El deterioro del Instituto Simón Araujo no es un hecho aislado. Es un reflejo de la situación que atraviesan decenas de colegios públicos en Colombia: espacios donde estudian nuestros niños y jóvenes, pero que hoy padecen goteras, filtraciones, baños inservibles, techos colapsados y falta de mobiliario. Estas condiciones vulneran el derecho fundamental a una educación de calidad y demuestran que, en la práctica, la educación pública sigue siendo tratada como un servicio asistencial y no como una prioridad estratégica de desarrollo nacional.

Por ello, hacemos un llamado respetuoso pero firme al Ministerio de Educación Nacional, a la Gobernación de Sucre, a la Alcaldía de Sincelejo y a la comunidad educativa en general para que adopten medidas urgentes y concretas en favor de la recuperación y mantenimiento de los planteles educativos oficiales. Invertir en infraestructura escolar no es un gasto: es una inversión en el futuro del país, en la equidad y en las oportunidades reales para las nuevas generaciones.

Desde nuestro compromiso como egresados, seguiremos acompañando las acciones que dignifiquen la memoria y el legado del Instituto Nacional Simón Araujo. Pero también reiteramos que la educación pública no puede seguir dependiendo del esfuerzo voluntario de la ciudadanía. Corresponde al Estado garantizar que cada institución educativa sea un espacio seguro, funcional y digno para aprender, enseñar y soñar.

Sincelejo, octubre de 2025

Egresados del Instituto Nacional Simon Araujo, hoy………………., promoción 1975 y generaciones posteriores.

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